Me voy a poner filosófico: lo que he aprendido este verano

Me gustaría cerrar el mes de Agosto con un artículo de este tipo, pues a partir de Septiembre me voy a centrar en cosas más prácticas sobre SEO y Wordpress que atañen directamente al tema del blogging.

¿De qué va a ir este post? Pues aún no lo sé mientras escribo estas lineas.

Mi intención es contarte lo que a nivel personal y profesional he aprendido este verano, por si te puede servir alguna idea, consejo, o quizás para hacer todo lo contrario.

Y sí, en el título digo que me voy a poner filosófico porque quiero explicarte también la parte más personal de mis reflexiones este verano, por ahí voy a empezar.

Lo que he aprendido este verano en lo personal

Antes de nada debo de ponerte en contexto.

Mi vida recientemente sufrió un giro importante.

En Marzo de este año se terminó una relación de más de 11 años, y eso obviamente te cambia todo: el lugar donde vives, con quien pasas el tiempo, tus motivaciones, tus objetivos en la vida, tu rutina… todo.

Entonces tras unos meses en Valladolid, me dí cuenta que para cambiar de aires realmente, pensar tranquilo sin distracciones y reorganizar mi vida, necesitaba irme de la ciudad.

Realicé dos viajes este verano: uno a Barcelona y otro a Coruña.

El primero fue una estancia breve, pero muy interesante.

Al margen de descubrir Barcelona que me dejó impresionado (era la primera que iba), tuve la oportunidad de vivir con un buen amigo mio y su novia.

Ambos apenas acababan de volver de dar la vuelta al mundo (¡ahí es nada!) y yo sabía que ellos me podían transmitir ideas por la experiencia adquirida de ver tantas cosas en otros países, que me servirían para ver lo realmente importante.

Así fue.

De todo lo que aprendí de ellos esos días, me quedé con tres reglas generales para ser feliz:

1. Haz deporte a diario.
2. Apaga la televisión.
3. No tengas prisa (en general)

Lo primero me cuesta pero a partir de Septiembre va a ser mi prioridad número uno. Las otras dos cosas ya las hago y lo he notado bastante.

Después tuve una estancia bastante más larga de 5 semanas en Coruña.

Alojado compartiendo piso con un amigo y su perrita Meni, entre paseo y paseo por el mar estuve reflexionando acerca de por dónde quería encarrilar mi vida ahora.

Antes tenía una rutina establecida con mi pareja, sabía lo que tenía que hacer entresemana y los findes.

Tenía claro cuales eran los objetivos siguientes y qué podía esperar del futuro.

Pero una vez que vuelves a estar sin pareja y con 31 años, te planteas por dónde vas a tirar. En qué vas a invertir tu tiempo y tus esfuerzos.

¿Salir de fiesta? ¿Dedicarte a la familia? ¿Buscarte una novia? ¿Volcarte en el trabajo?

El hombre es curioso.

Cuando estás en una rutina, entiéndase relativamente monótona, aunque todo sea perfecto y vaya por donde quieres que vaya, parece que te aburres.

Quieres otras cosas, que no sea todo siempre lo mismo, libertad individual para no depender de la opinión de tu pareja, etc.

Sin embargo, cuando dispones de esa libertad para hacer lo que quieras, ir y venir sin dar cuentas a nadie y demás, parece que echas de menos lo contrario.

Supongo que responde a eso de que nunca estamos conformes con nada, que queremos siempre lo que no tenemos.

Bueno por no enrollarme mucho, la conclusión que he sacado este verano en lo personal es que tengas pareja o no, hay que marcarse unos objetivos y hacer día a día lo que tengas que hacer por conseguirlos.

En mi caso ahora serán objetivos individuales y no pensando en un futuro común con nadie, pero es lo mismo.

Piedra a piedra, día a día. Poco a poco.

Ahora estoy centrado en hacer algunos cambios en mi blog (de los que ya te hablaré), en dedicar tiempo de calidad a mi familia y conseguir modificar mis hábitos para hacer deporte y demás.

Por cierto, dentro de este proceso de transformación que estoy teniendo este año, me operé de la vista y me he dejado barba (no mucha), lo digo por si no me reconoces en las nuevas fotos que pondré o en los próximos videos que grabe 😉

Lo que he aprendido en lo profesional

Bueno al final va todo un poco unido.

Hay gente que parece que sólo vive para trabajar, yo prefiero ver el trabajo como una parte (no la prioritaria) de mi vida.

Simplemente he confirmado mi idea de que ganar dinero está bien, cuánto más mejor, también, pero dentro de un orden.

Y ese orden debe ser que no supedites las cifras a tu tiempo y a tu felicidad.

Te hablaré próximamente de un colaborador excelente que he conseguido este verano, que me ayuda cuando lo necesito en los proyectos del servicio web.

¿Podría hacerme cargo yo de todos los proyectos que me entran y ganar el 100% del dinero en lugar de subcontratar?

Seguramente sí, trabajando muchas más horas podría. Pero no quiero.

Prefiero ganar lo que yo considero suficiente para vivir bien y disfrutar de mi tiempo, no estar todo el día esclavo del ordenador.

Sé que esto es fácil de ver así cuando tienes trabajo de sobra y que hoy en día no es lo normal, pero yo sólo te puedo hablar de mi situación personal y mi punto de vista.

Conclusión

No me enrollo más, en definitiva creo que ha sido un verano productivo.

He aprendido mucho, he conocido gente nueva, he disfrutado y estoy de vuelta con las pilas cargadas para dar guerra en Septiembre.

Seguiremos priorizando lo importante en esta vida y buscando el equilibrio entre lo personal y lo profesional.

Y tú, ¿este verano ha supuesto algún cambio importante en tu vida?