Sólo tenemos una vida.
Te cuento un poco de la mía.

Omar-de-la-Fuente-Sobre-mi-01.jpg

Mi nombre es Omar de la Fuente y ante todo me considero una persona feliz.

Qué extraño que lo diga, ¿verdad? Hoy en día parece casi un delito reconocer que te va bien y estás a gusto.

Si te interesa, te contaré cómo he llegado hasta este estado tan inusual de felicidad.

antes de conocer mi historia,
¿qué puedes esperar de mí en esta web?

ALGUNOS DATOS SOBRE MI FORMA DE HACER LAS COSAS

este es el manifiesto con mis valores...

...y este ha sido mi camino.

Soy de Valladolid y nací en el 83.

Sólo esos dos datos ya dicen de mí varias cosas, por ejemplo la edad que tengo.

También que mi infancia y mi adolescencia las viví en una ciudad donde se habla muy directo y cortante, se come muy bien y no es nada fácil desarrollar una vida profesional que te llene de verdad.

Supongo que eso último es como en casi todos los sitios, ¿no? Bueno, quizá hoy en día ya no tanto con las oportunidades que nos abre internet, pero de esto hablaremos un poco más adelante.

Mi historia profesional comienza cuando con 19 años, me voy a pasar un verano a Bournemouth (Inglatera) y allí llevo a cabo mis primeros trabajos como camarero y atención al público en un Kentucky Fried Chicken. Hasta aquí, todo glamour.

En apenas 3 meses allí, aprendí que a mi vuelta a España quería estudiar para no tener que volver a trabajar en según qué trabajos y también perdí casi 10 kilos (estando ya delgado). Trata de imaginarme con 19 años, el pelo rapado y 49 kilos de peso.

Dicho y hecho, cuando regresé mis padres me ayudaron y pude estudiar «Diseño gráfico por ordenador y multimedia».
 
Mis padres se dejaron 21.000€ en mí y en esta formación de universidad privada. Os quiero.

Jamás me han pedido que enseñara mi diploma, ni mi título, en ninguno de los trabajos en los que he estado por cuenta ajena. Curioso.

Como te decía al principio, Valladolid no era precisamente un sitio que destacase por su movimiento profesional así que me tuve que ir a Madrid a buscarme la vida. 

Tuve la suerte de entrar a trabajar en Workcenter, una empresa de reprografía bastante grande. 

Con esta empresa aprendí lo que es el trabajo duro, que algunos compañeros de trabajo pueden convertirse en amigos para toda la vida y que hay que tratar de «trabajar para vivir», y no al revés.
 
En 4 años con ellos, fui ascenciendo desde ser un simple empleado de mostrador a llegar a ser gerente de tienda con casi 20 personas a mi cargo. Esto ya fue en un traslado que me hicieron a Valencia, pero esa es una historia demasiado larga y no muy interesante.
 
El caso es que Madrid y Valencia estaban muy bien, pero… yo quería volver a Valladolid. Ya sabes, la familia tira y esas cosas.
 
Peeero, de nuevo por la falta de trabajo en mi ciudad, hice una pequeña escala de un año más en Madrid. En esta ocasión, para acabar trabajando en una pequeña reprografía de barrio donde trabajaba a turno partido.
 
Un montón de horas, de curro y de transportes.
 
Cero motivación. Cero opciones de crecer. Cero ganas de nada.
 
Y entonces, tras 6 meses allí viendo pasar mis días como putos calcos del día anterior, me di cuenta de lo siguiente:
Así que con todas estas lecciones aprendidas, a finales de 2010 me puse como autónomo y a buscarme la vida por libre.
 
Buscar tus propios clientes no es nada fácil (al menos en el mundo offline) pero tuve la suerte de asociarme con un buen amigo que ya tenía clientes y contactos, y a través de otro amigo pronto empezamos a hacer trabajos para una agencia de publicidad grande.
 
Vaya, de pronto había pasado de hacer fotocopias para otros a trabajar para mí, ¡y encima de lo que había estudiado! WOW!!
 
Todo muy bonito hasta que a finales de 2012 esa agencia de publicidad nos cortó el grifo.
 
Craso error tener un único cliente que te proporcione más del 90% de tus ingresos mensuales, porque cuando desaparece (y ese día llegará) pues pasa lo que pasa, que me volví a quedar como hacía dos años, a comenzar desde cero.
 
Se puede dar el caso de que tú, que estás leyendo estas líneas, estés trabajando por cuenta ajena y pienses «Pobre idiota. Qué error más grande, tener un único cliente… mucha libertad y mucho autónomo, pero donde esté mi trabajo asegurado…«
 
Wait a minute, my friend.
 
Cuando trabajas por cuenta ajena, es ESO exactamente lo que tienes: un único cliente.
 
Y en ese caso es aún peor, porque no te genera más del 80% o 90% de tus ingresos… sino el 100%. ¿Mi trabajo asegurado decías? Ok.
 
Volviendo al tema, estamos ya a principios de 2013 y de nuevo estaba en Valladolid. Habían pasado 8 años desde que me fui a Madrid a comenzar mi periplo profesional y allí estaba de nuevo, 8 años después en la misma ciudad y en el punto de partida.

Me di cuenta de que, para mí, volver a trabajar por cuenta ajena no era una opción.

Después de mucho pensar en distintas opciones, un día sin más, navegando por internet, tope con «el mundo de los blogs» y pude hacer una asociación rápida: lo que me faltan a mí son clientes y esta gente de los blogs los consiguen a grifo abierto.
 
¿Por qué? Pues porque en lugar de ir buscando o llamando a los clientes uno a uno para ofrecerse a ellos (como hacía yo hasta entonces) se dedicaban a tener una plataforma online en la que mostrarse y es ahí donde los clientes les encontraban a ellos.
 
Para mí supuso un cambio radical en la forma de pensar y de actuar.
 
Me puse manos a la obra. Estuve formándome y aprendiendo de blogs de la vieja guardia, como el de Franck Scipion, Carlos Bravo, Berto López, Andrés Pérez Ortega… entre otros.
 
Finalmente, en Mayo de 2013 abrí mi blog y comencé esta aventura.
 
Una aventura que me ha cambiado la vida totalmente, por dentro y por fuera.
Una apuesta por mí mismo que me ha permitido tener un estilo de vida (toma topicazo que te lanzo sin miramientos, pero es verdad) muy diferente al que tenía antes, pues desde entonces tengo una mayor libertad.
 
Y cuando digo «libertad» no me refiero a que me llueva el dinero con un par de clicks y eso me permite hacer lo que me de la gana.
 
Ni mucho menos. Te lo diré muy claro: yo trabajo como un cabrón.
 
Y todos esos gurús que puedes leer por ahí, que te venden un lifestyle de currar unas pocas horas a la semana porque el trabajo ya lo hará tu equipo y los ingresos vienen solos como un tsunami de los ingresos pasivos…
 
También te lo diré muy claro: TE MIENTEN.
 
Vivir de tu proyecto online es posible, pero requiere tiempo, esfuerzo y muchos otros factores. Que no te vendan motos.
 
Dicho esto, sí, cuando se consigue (y por eso te decía al principio que puedo «presumir» de vivir siendo feliz) lo que obtienes merece la pena, y mucho, porque para mí lo que te da el dinero y trabajar para ti mismo es la libertad para decidir.

Yo lo he conseguido y aunque he tenido que currármelo mucho y lo sigo haciendo todos los días, no me arrepiento en absoluto.

Desde Gijón al resto del mundo a través de internet, aportando todo lo que tengo dentro.
 

Esa es una misión que me llena más que cualquier trabajo que me puedan ofrecer por ahí. 

Yo no lo cambio.

TODO MUY BONITO, OMAR. UNA GRAN HISTORIA.

¿Y AHORA QUÉ?

Ahora el siguiente paso no podría ser más sencillo.

Scroll al inicio

UNA PREGUNTA RÁPIDA

¿Tienes ya una página web propia?